Cuatro días han pasado desde que vimos a nuestra Titular en las calles Complutenses. Y aunque encontramos imágenes en blanco y negro de ese día, en nuestro corazón sigue su colorido alimentando, fortaleciendo nuestra fe.
Tras días y días de trabajo, sigue siendo un regalo lo que ella nos otorga. 365 días para un día de Gloria que nos hace descansar y recobrar fuerzas para continuar… Solo lo puede hacer Ella.
Su mano invisible nos mueve elevando la Cruz guía, encendiendo los incensarios, cargando los hombros y la espalda con determinación, llenando los ojos de lágrimas de esperanza. Sólo podemos sonreír y suspirar al recordarte.
Este año, Santa Teresa de Jesús se ha unido a las oraciones y peticiones de la Procesión. Doctora de la Iglesia, custodia con su presencia a su Madre y recuerda que el Carmelo, es una espiritualidad, una forma de vida, es una hermandad que tras su doctrina muestra que todo lo que se haga; siempre que se haga con el corazón puesto en el verdadero Amor, se llega a buen puerto.
Paso tras paso, hora tras hora; cada acorde musical acompañado por el fervor, la devoción suben cual pompas de jabón al cielo perfumando cada calle, cada mirada alzada, cada sonrisa… Esa mano furtiva que se acerca a su paso navegante (porque María navegó este sábado pasado), tocando su manto de forma inocente, también fue perfumada por su misericordia.
Sólo nos queda agradecer, a cada uno de los hermanos y hermanas que acompañaron a la Madre de una forma u otra durante estos días, por su dedicación y trabajo gratuitos.
Al Padre Antonio Beneítez de la Orden de Carmelitas Descalzos. Por acompañarnos espiritualmente durante estos días. Gracias por ser nuestro Pastor.
A la Banda de Música Virgen del Castillo de Lebrija (Sevilla), un año más hemos sido testigos de vuestros acordes. Notas que ponían nombre a cada uno de nuestros sentimientos mientras veíamos pasear a María por las calles de Alcalá.
A Fernando Ruano y toda su cuadrilla que portaron a Santa Teresa de Jesús. Gracias por hacer que un sueño se haga realidad.
Al cuerpo de acólitos. Dais dignidad a cada paso que da la Santísima Virgen del Carmen.
Costaleros. Sois los pies de nuestra Madre. Fieles a ella año a año, gracias por quererla, mecerla y llevarla con tanto amor.
A todos los que la acompañasteis. Mostrasteis el sentido literal de la devoción. Que la Virgen María Reina del Carmelo, colme vuestro corazón de bendiciones.