Ha llegado, un año más, el momento que el calendario litúrgico de nuestra Iglesia marca en el almanaque estos días, de forma inequívoca, como los más relevantes de todos cuantos haya a lo largo del año.
Y nosotros, como sociedad, como Iglesia, nos enfrentamos a estas fechas con desasosiego, incertidumbre, miedo, pena, ira incluso... La situación que vivimos no es fácil, incluso es durísima y muy triste. Sin embargo y precisamente por eso, si otros años, conscientes de la importancia de lo que la Iglesia conmemora en esta semana de primavera, nos entregábamos a la oración, más si cabe debemos hacerlo este año.
Sabemos que la ausencia de las cofradías penitenciales en las calles de nuestra Ciudad serán un símbolo de extrañeza. Desde aquí nos unimos a esa oración que los elevan en estos días, empatizamos con su pena por no poder llevar a cabo el culto más importante para el que fueron creadas, y mostramos nuestra admiración por la entereza de sus miembros, a los que con cariño animamos a que no desistan en el fondo último de su razón de ser, que no es otro que dar testimonio de su fe. No será de manera pública como siempre, sino que el confinamiento les llevará, nos llevará, a hacerlo directamente ante Dios en la intimidad de nuestra hogares, con parte de nuestras familias.
Desde estas líneas invitamos a todos los Hermanos de nuestra Hermanad Sacramental de Nuestra Señora del Carmen a que participen de los actos de esta semana en comunión con el resto de la Iglesia. Hoy en día las tecnologías por las que os llegan estas palabras permiten también que podamos acceder a la Santa Misa desde nuestros hogares. Perderemos el insustituible alimento de la Eucaristía, pero podemos hacer uso de la fórmula de la Comunión Espiritual para recibir a Dios de una manera distinta, impuesta por las circunstancias que vivimos.
Recordad que la Diócesis de Alcalá es una de las que mantiene abiertos los templos para el culto, y podemos acudir también a ellos para, hoy Domingo de Ramos (como también Jueves, Viernes y Sábado Santos), conmemorar juntos la entrada de Jesús en Jerusalén. Elevemos las palmas que este año no nos han podido entregar, pero que tenemos siempre en el corazón, pues cada día esperamos la entrada de Jesús en nuestro corazón, y recibámosle entonces con el mismo jolgorio y alegría en que el pueblo judío lo aclamó cuando cruzaba la muralla de la ciudad. Tengamos las puertas abiertas nosotros también.
No dejemos que la melancolía y la añoranza nos nuble la vista del mensaje realmente importante de esta semana: la pasión y muerte de Cristo por la que fuimos todos redimidos, y su Resurrección, por la que la muerte fue vencida para siempre.
Semana Santa (José Luis Amaro Culebras) |
Buscad el lugar de esta gran nube que es internet y preparaos para vivir juntos la liturgia de hoy, tan importante, tan bonita. Y cuando decimos juntos, queremos decir exactamente eso: juntos. Que no es necesario compartir el espacio físico para sentir que estamos juntos en estos momentos, porque nos reunimos en torno a Jesús, y Él es nexo de unión eterna entre sus hijos.
Os dejamos también algunas recomendaciones importantes para escuchar desde casa la Santa Misa y mantener la solemnidad que la misma requiere de todos los que participamos de ella.