En el día de ayer y con ocasión de la misa de Sta. Teresa de Jesús, se pudo vivir un momento muy emocionante, cuando la misma fue oficiada por D. Juan José Baena Villamayor. Hermano y Carmelita de corazón, al cual le fue entregado un presente en nombre de la Hermandad, consistente en un retablo carmelita, ante el cual D.Juan José elevará sus oraciones por tod@s nosotr@s.
En la misma, se pudieron venerar a su vez, las reliquias de Sta. Teresa de Ávila, San Pedro de Alcántara y San Félix por los fieles asistentes.
Reproducimos una entrevista que le hicieron en la revista diocesana ADAL:
Puesto que soy siervo de todos, a todos estoy obligado a servir y administrar las fragantes palabras de mi Señor».
He querido que estas palabras que escribe San Francisco de Asís en la segunda redacción de su carta a los fieles, sean el lema de mi ordenación diaconal. Aunque desde el año 2003 he vivido mi fe en la Parroquia de Santiago Apóstol de Alcalá, fui bautizado en la Parroquia de San Francisco de Asís y fue en ella donde verdaderamente comenzó todo. Por ello, este gran santo ha estado muy presente en mi vida.
Realmente el diácono es configurado con Cristo, Siervo de todos, por ello está obligado a predicar la Palabra de Dios y administrar los sacramentos del Bautismo y del Matrimonio haciendo a Cristo presente en la vida de los fieles.
Quiero aprovechar la ocasión que me brinda la Revista ADAL para pediros que recéis por mí, para que en esta nueva etapa que comencé el 27 de octubre sea siempre fiel al Señor y a su Iglesia y sepa poner la gracia recibida al servicio de mis hermanos, que sois vosotros. Y, cómo no, agradeceros vuestra presencia en ese día tan importante para mí y para nuestra Diócesis de Alcalá.
En la misma, se pudieron venerar a su vez, las reliquias de Sta. Teresa de Ávila, San Pedro de Alcántara y San Félix por los fieles asistentes.
Reproducimos una entrevista que le hicieron en la revista diocesana ADAL:
Puesto que soy siervo de todos, a todos estoy obligado a servir y administrar las fragantes palabras de mi Señor».
He querido que estas palabras que escribe San Francisco de Asís en la segunda redacción de su carta a los fieles, sean el lema de mi ordenación diaconal. Aunque desde el año 2003 he vivido mi fe en la Parroquia de Santiago Apóstol de Alcalá, fui bautizado en la Parroquia de San Francisco de Asís y fue en ella donde verdaderamente comenzó todo. Por ello, este gran santo ha estado muy presente en mi vida.
Realmente el diácono es configurado con Cristo, Siervo de todos, por ello está obligado a predicar la Palabra de Dios y administrar los sacramentos del Bautismo y del Matrimonio haciendo a Cristo presente en la vida de los fieles.
Quiero aprovechar la ocasión que me brinda la Revista ADAL para pediros que recéis por mí, para que en esta nueva etapa que comencé el 27 de octubre sea siempre fiel al Señor y a su Iglesia y sepa poner la gracia recibida al servicio de mis hermanos, que sois vosotros. Y, cómo no, agradeceros vuestra presencia en ese día tan importante para mí y para nuestra Diócesis de Alcalá.
Juan José Baena Villamayor