Como no podía ser de otra forma y por primera vez, Nuestra Señora La Vírgen del Carmen, presidirá los actos y la imposición de escapularios de l@s niñ@s del Colegio Alborada de Alcalá de Henares.
En la constante y diaria lucha de nuestra Hermandad, por la veneración de Nuestra Señora del Carmelo, y la especial devoción que se profesa por la misma, desde El Colegio Alborada, nuestra Hermandad ha portado a Nuestra titular hasta dicho Colegio, donde estará presente en la imposición de los escapularios.
El escapulario de Nuestra Señora del Carmen es una dádiva de la protección y del maternal cariño de la Reina del Cielo hacia los hombres. Su historia está estrechamente ligada a la Orden del Carmen, que se remonta según una antigua tradición a los santos profetas Elías, Eliseo y a sus discípulos, que se establecieron en el Monte Carmelo, en Palestina.
El 16 de julio de 1251, hace exactamente 750 años, el carmelita inglés San Simón Stock, mientras rezaba fervorosamente en su convento de Cambridge (Inglaterra), se le apareció Nuestra Señora revestida del hábito carmelita, portando en sus brazos al Niño Jesús y extendiéndole un escapulario le dijo estas palabras:
“Recibe, queridísimo hijo, este Escapulario de tu Orden, señal de mi confraternidad, privilegio para ti y para todos los carmelitas. Todo aquel que muera con él revestido, no arderá en las llamas del infierno. Él es, pues, una señal de salvación, una seguridad de paz y de eterna alianza”.
En 1314, la Madre de Dios se apareció nuevamente, esta vez al Papa Juan XXII, confirmando su especial protección a los que usasen el escapulario, y prometiendo además que los libraría del purgatorio el primer sábado después de la muerte.
Es pues el escapulario una tabla de salvación en los últimos momentos de nuestra vida