“Los Santos no son imágenes de madera que están en los retablos. Son personas de carne y hueso como Juan Pablo II”
Con esta frase del Rvdo. P. D. Juan José Baena Villamayor comenzó la homilía de la Misa de acción de gracias por la Canonización del Papa Juan Pablo II, organizada de manera conjunta por la Comunidad de RR.MM. Carmelitas del Corpus Christi y nuestra Hermandad del Carmen el pasado viernes 9 de mayo.
Una Eucaristía llena de detalles que, como no podía ser de otra manera, hicieron a los presentes recordar constantemente a figura del nuevo Santo. Un ir y venir de lo humano de Karol Wojtyla a lo Santo de Juan Pablo II, y viceversa.
Entre esos detalles, el que nuestro muy querido Juan José vistiera una casulla utilizada por San Juan Pablo II, o que a los pies de la Santísima Virgen del Carmen, se mostrara una sede utilizada por Su Santidad en uno de sus viajes apostólicos a España (y cedida por la Fundación Granda, lo que merece nuestro agradecimiento profundo) y que recordaba el vínculo del Pontífice con esta tierra que visitó hasta en cinco ocasiones.
La ceremonia estuvo plagada de momentos muy emocionantes. Contribuyeron a ello, sin duda, las voces de la “Coral Pueblos de España” que como hermanos de honor de nuestra corporación no quisieron faltar a la cita de cantar dando gracias a Dios por la Canonización de aquel joven Polaco que llegó a ocupar la silla de Pedro, y ahora es Santo. Entonaron el “Tu es Petrus” o el “Aprite le porte a Cristo”, que inundaron la iglesia del Monasterio del Corpus Christi con letras que movían a la piedad a los presentes.
Los acólitos de la Hermandad, en una participación más que notable, ayudaron también, sin duda, a enaltecer la grandiosidad de la Santa Misa. Desde la elegante procesión de entrada, hasta la presencia de los ciriales en momentos como la lectura del Evangelio o la Comunión, pasando por la nube de incienso que nublaba el templo, los acólitos estuvieron a la altura de la importancia de celebración -hecho que reconocieron expresamente algunos hermanos a la salida-.
La presencia de cerca de la cincuentena de fieles –entre los que había religiosas, hermanos y fieles- que quisieron celebrar con la Comunidad y con la Hermandad es muestra clara del cariño popular a este Pontífice y la alegría generalizada por su Canonización. Y casi como un regalo del ya Santo a los presentes, el acto finalizó con la veneración de una reliquia suya que cada año acompaña a la imagen de la Santísima Virgen del Carmen en su paso procesional y que es el vínculo particular e íntimo de esta Hermandad con San Juan Pablo II. Unión espiritual y sincera que ha motivado la organización de este acto emotivo y jubiloso.